Hay varios elementos que los artistas utilizan durante sus actuaciones para dar más sentido a sus bailes, uno de ellos es el abanico flamenco.
El abanico tiene su origen en Asia en el siglo VII, aunque culturas como la egipcia o la griega ya utilizaban ciertos elementos para abanicarse. Tal y como lo conocemos hoy llegó al continente europeo en el siglo XV. Estaba considerado como un artículo de lujo. Al abanico flamenco se le atribuye un lenguaje al que se recurría para mandar mensajes secretos. Las damas, por tanto, utilizaban el abanico para comunicarse con los caballeros.
Algunos de los significados más populares son los siguientes:
- Abanicarse despacio demuestra falta de interés o indiferencia.
- Apoyar el abanico sobre las mejillas – Si se apoya sobre la mejilla izquierda se quiere transmitir un ‘no’, mientras que si se apoya sobre la mejilla derecha es un ‘sí’.
- Dar un golpe con el abanico denota impaciencia.
- Pasar el abanico por los ojos es señal de disculpa.
- Si se apoyan los labios en el borde del abanico se quiere transmitir desconfianza o incredulidad.
- Si se cuentan las varillas del abanico estamos mostrando el deseo de entablar una conversación con la otra persona
- Abanicarse rápidamente: estoy casada
- Esconder los ojos detrás de un abanico abierto: Te quiero
- Entregar el abanico cerrado: ¿Me quieres?
En la actualidad, puede decirse que el abanico es un mero complemento de moda, aunque también tiene un uso funcional en épocas de mucho calor. Pero es precisamente el uso de ese lenguaje particular lo que provocó que se convirtiera en un complemento para el baile flamenco, donde juega un papel esencial. En Danza y más tenemos una amplia gama de abanicos flamencos. ¿Con cuál te quedas?