Si eres una enamorada de la moda flamenca y te gusta lucir un modelo diferente cada día de feria junto a las bisutería o complementos flamencos, en este post te contaremos diferentes maneras de colocarte el mantoncillo de flamenca.
Si no vistes igual en tu día a día, ¿por qué vas a hacerlo cuando te vistes de flamenca?
El mantoncillo es un complemento que le da un toque muy especial al vestido de flamenca. Existen diferentes formas de colocarlo y deberás tener en cuenta el tipo de vestido y, sobre todo el escote, para decidir por cuál de ellos te decantas.
Colocártelo de diferentes maneras le dará un toque diferente a tu vestido cada día. Sigue leyendo, te contamos las diferentes formas de colocarte el mantoncillo de flamenca que existen.
Modo clásico de pico y al cuello
Si bien es cierto que de pico y al cuello es la forma más clásica de llevar el mantón, es una opción que nunca falla y que deberemos tener en cuenta siempre que nos vistamos de flamenca.
Colocamos el centro del mantoncillo detrás del cuello, lo dejamos caer sobre los hombros y unimos los extremos. Puedes atarlo pero nosotros te recomendamos utilizar un broche para fijarlo, ya que le da un toque muy elegante.
A ras de escote
Si quieres darle un toque más sexy a tu vestido de flamenca, el mantoncillo colocado a ras de escote, es la elección perfecta. Se trata de colocarlo siguiendo la línea del escote, tanto trasero como delantero. Para ello utilizaremos broches que, como hemos dicho antes, le da un toque muy especial.
Al hombro
El objetivo de apoyarlo en el hombro es estético más que funcional pero es una manera muy utilizada en los últimos tiempos. Algunos diseñadores han optado también por sujetarlo con un cinturón, algo que le da un toque diferente y elegante.
¡Además, si tienes frío, siempre puedes soltarlo y taparte!
Cruzado
Se trata de cruzar el mantoncillo por la parte delantera y sujetarlo en la espalda, ya sea con un bonito broche o con un imperdible en la parte interior para que no se vea.
Doble mantoncillo
Esta es una opción ¡preciosa! Ponemos un mantoncillo en cada hombro y lo unimos por las puntas en la cadera contraria. De esta forma quedan cruzados. Otra opción es dejarlos sueltos, sin broche ni imperdible.
Podemos hacerlo con dos mantones del mismo color o combinar dos colores, dependiendo del estampado del vestido.
Para evitar que se escurran, puedes darles un par de puntadas a la altura del hombro.
Combo clásico y cruzado
Ésta es una forma sencilla pero muy elegante. Sólo tienes que poner en mantoncillo sobre los hombros a ras de escote y llevar las puntas hacia la cintura. Para poder darle forma sin que se mueva, puedes sujetarlo en el centro con un broche o unas anillas.
Del revés
El bordado en la parte delantera y los picos cayendo por la espalda. Queda muy bonito porque el bordado luce muchísimo en la parte delantera. Una opción puede ser darle unas puntadas en los hombros y a lo largo del escote para que siga la forma. ¡Quedará precioso!
Sólo detrás
Sujeta las puntas a los hombros y ¡déjalo caer! Es una manera perfecta de llevar el mantoncillo si queremos lucir volantes, bordados o encajes.
Al cuello
Esta forma es, quizás, la menos estética (al cuello con un pico por delante y otro por detrás) pero puede ser muy útil si nos queremos proteger del fresquito.
De un lado
Colocados en un hombro hasta la cintura contraria. Puedes colocarte cualquier mantón, grande o pequeño, pero si es demasiado grande puede que no te resulte demasiado cómodo a la hora de moverte.
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